martes, 31 de diciembre de 2024

Los materiales 2D

Los materiales 2D y la democratización de la ciencia de materiales.



Los materiales bidimensionales, o materiales 2D, han emergido como una de las áreas más vibrantes de la ciencia de materiales en los últimos años. Desde el descubrimiento del grafeno, se han generado enormes expectativas en torno a sus posibles aplicaciones, a veces incluso sobredimensionadas. Se ha hablado de pantallas ultraflexibles, baterías de carga instantánea y electrónica revolucionaria, lo que ha contribuido tanto al entusiasmo como a cierta frustración cuando estas promesas no han llegado tan rápido como se esperaba.

Los materiales 2D están permitiendo que más científicos, incluso aquellos con presupuestos limitados, contribuyan significativamente a la investigación. Crédito: iStock (composición).

Sin embargo, más allá de la burbuja mediática del grafeno, los materiales 2D están teniendo un impacto real y transformador, especialmente en la manera en que se hace ciencia. Su accesibilidad experimental y la posibilidad de manipularlos sin necesidad de grandes infraestructuras han abierto la puerta a que investigadores en cualquier parte del mundo, incluidos aquellos en países con menos recursos, puedan realizar estudios científicos en la frontera del conocimiento. Estos materiales están democratizando la ciencia de materiales al hacer que el talento y la creatividad sean más determinantes que el presupuesto disponible. En este artículo, exploraremos cómo los materiales 2D están nivelando el campo de juego de la investigación científica, permitiendo descubrimientos de vanguardia en entornos donde antes hubiera sido impensable.

 

Un cambio radical en la manera de hacer investigación.

Durante la segunda mitad del siglo XX, la ciencia de materiales avanzó rápidamente, especialmente en campos como la física del estado sólido y la microelectrónica. Estos avances llevaron a la creación de dispositivos electrónicos cada vez más sofisticados que hoy en día usamos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, este progreso también trajo consigo la necesidad de herramientas y técnicas cada vez más caras y complejas, restringiendo el acceso a la investigación de vanguardia a laboratorios con grandes recursos.

Por ejemplo, para fabricar muestras de materiales semiconductores de calidad suficiente para hacer trabajos de investigación, se requieren técnicas como la epitaxia por haces moleculares (MBE por sus siglas en inglés) y la deposición por láser pulsado (PLD por sus siglas en inglés), que son extremadamente costosas y requieren instrumentación muy sofisticada. Para realizar estudios de física de superficies – la rama de la física que estudia las propiedades y comportamientos de los átomos y moléculas en las capas más externas de los materiales, donde las interacciones difieren significativamente de las del interior – la tendencia es a realizar experimentos en condiciones de ultra-alto vacío, un vacío similar al del espacio exterior. Esta sofisticación ha permitido la observación de fenómenos físicos fascinantes, pero ha hecho que solo los grupos con grandes presupuestos puedan llevar a cabo este tipo de investigación.

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Andrés Castellanos Gómez
Doctor en Física.
Profesor de Investigación en el ICMM-CSIC.


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