"Tengo que confesar que el término 'interpretación de Copenhague' no es afortunado, ya que podría sugerir que hay otras interpretaciones, como supone Bohm. Estoy de acuerdo, por supuesto, en que las otras interpretaciones son disparates sin sentido".
Con estas
palabras, Werner Heisenberg se lamentaba, en 1955, de haber utilizado por
primera vez, 28 años después de la construcción de la mecánica cuántica, el
término "interpretación de Copenhague" para referirse a ella
[Freire2005]. Para ese momento, la mecánica cuántica ya llevaba más de dos
décadas siendo una teoría firmemente establecida, y cualquiera que la negara o
no la conociera estaba totalmente fuera de los espectaculares avances que se
estaban produciendo en física.
Hasta ese
momento, el término que había usado Heisenberg era "espíritu de
Copenhague", para referirse a la mentalidad abierta que es necesaria para
poder empezar a entender la mecánica cuántica y que durante la década de 1920
hizo falta para poder construir la nueva teoría a los físicos que trabajaron en
ella, habiéndose realizado una parte importante de ese trabajo bajo el paraguas
de Bohr en esa ciudad danesa.
Los temores de Heisenberg estaban justificados, ya que, inmediatamente después de que él lo acuñara, el término "interpretación de Copenhague" fue ampliamente difundido en cuanto algunos físicos y filósofos, entre los que se encontraban Bohm, Feyerabend y Popper [Howard2004], comenzaron a utilizar ese término en su propio provecho y con significados tergiversados (a favor de Feyerabend hay que decir que se acabó arrepintiendo años después). La bola fue creciendo y se acabó creando el mito de que la "interpretación de Copenhague", la "ortodoxa", es una interpretación cobarde, que se niega a abordar en qué consiste la realidad y que, además, adolece de un problema: el problema de la medida. Era muy burdo, pero fueron con ello. Se creó un hombre de paja al que puede aporrear hasta la persona más ignorante en física que pueda haber en el mundo con nada que sepa medianamente elaborar argumentos razonados, y que ha provocado que, a día de hoy, haya una confusión enorme y generalizada acerca del significado físico de los conceptos de la mecánica cuántica, si bien no entre el grueso de los físicos, sí entre el resto de científicos y filósofos.
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Muchas gracias. Es muy interesante.
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